Tras el año agotador un merecido homenaje montañil a la región de Aysén al sur de Chile. La región está jalonada de bosques, ríos y montañas con una densidad de población de risa y dedicada principalmente a la ganadería y el turismo.
Comencé mi singladura cerca de Coyhaique en la Reserva Natural de Cerro Castillo, mucho menos masificada que las Torres del Paine y más salvaje y agrestre. El trekking era de 4 días pero yo lo hice en 3, ya que el último día era de bajada y decidí empalmarlo con mi tercer día. En total fueron unos 47 kilómetros de bosque nativo prácticamente virgen, lagunas alpinas, glaciares colgantes y collados. La joya de la corona era la formación denominada Cerro Castillo que se hace omnipresente durante todas las jornadas. Pero no hay que perder de vista tampoco el glaciar Peñón y la laguna Cerro Castillo ambos hitos imperdibles en el trekking. La duración de las jornadas osciló en tre las 5 y 5,5 horas de los dos primeros días y las 8,5horas del último. La dificultad es bastante extrema en los tramos cordilleranos, especialmente el paso al valle de acceso al campamento neocelandés donde el viento y la pendiente imposible hacían dificultosa la bajada por el canchal interminable de 600 metros de desnivel. En todo el trek sólamente me topé con 9 personas lo cual nos da una idea de la soledad por esos lados lo cual es directamente proporcional al disfrute.
Terminé con una breve visita al PN Queulat, una joya conformada por una exhuberante vegetación entre la cual sorprendentemente aparece un ventisquero colgante del cual se rompen témpanos de hielo de forma espectacular. El parque es una auténtica "selva fría" con una pluviosidad cercana a la del Amazonas pero con un clima extremo e invernal.
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